TRAZADO:
lineal.
DISTANCIA:
7 Km.
GRADO DE DIFICULTAD:
Bajo.
ESQUEMA ALTITUDINAL:
DATOS DE INTERES:
Es un
cómodo recorrido entre dos poblaciones del Alto Genal,
atravesamos campos de cultivos y bellos encinares, la
presencia de agua es constante y son estupendas las
panorámicas a la totalidad del Valle del Genal.
ÉPOCA RECOMENDADA:
Primavera.
Para llegar a Atajate y partiendo
desde Ronda, se toma la carretera A-366 Ronda-Algeciras; a
unos 15 km de la primera población se encuentra este pueblo
del Alto Genal, el más pequeño de la provincia de Málaga. A
la entrada destaca el antiguo lavadero público, hoy día
reconstruido y en buen estado de conservación.
Para iniciar el recorrido buscamos la
calle Alpandeire, ésta termina dejando un pilón a la
izquierda y bajando por un camino hormigonado y que debido a
la humedad de las aguas que por allí corre, presenta mucho
verdín, así que mucho cuidado si no queremos dar con
nuestras posaderas en el frío suelo.
Por nuestra izquierda se une el camino
que baja desde la piscina municipal, algo mas abajo nos
topamos con una angarilla que da paso a la finca de Huerta
Nueva, el carril continua, aunque estaremos atentos a un
pequeño sendero que sale a la izquierda del camino que
llevamos, está jalonado por unos muros de piedra y casi
comido por la feraz vegetación, el poco uso le ha llevado a
un estado de casi absoluto abandono.
Descendemos evitando las numerosas
zarzas y cuando no podamos nos saldremos para avanzar por
los campos abiertos a nuestra derecha; a pesar de todo el
camino es bonito, empedrado en muchos tramos y tapizado en
sus márgenes por cantidad de plantas y la omnipresente
presencia de agua. Pronto encontramos otra angarilla, la
pasamos cuidando de dejarla cerrada de nuevo; ya cercanos al
valle, se despeja la vegetación y son las encinas y algunos
ágaves quien cortejan el descender, que finaliza afluyendo a
un carril.
Para los que realicen la ruta en bici,
se les recomienda no tomar este sendero y si descender por
el carril que discurre paralelo al sendero y al otro lado de
los campos de cultivo, los postes eléctricos marcan este
descenso.
Puestos
en el carril bajamos hasta el rio Andalaza, Audalaza o Laza,
que de las tres maneras le llaman, éste cae con estrépito
por un cañón y en sus vegas se alzan enormes chopos, álamos
y algunos frutales; también se ve el lentisco y los restos
de una era. Igualmente observamos amontonamientos de piedras
y corrales que nos aseguran pertenecen a un antiguo
asentamiento árabe llamado Guidazara.
Hasta el
momento hemos recorrido unos 2 Km. Pasamos una nueva
angarilla y cruzamos el rio, que aquí se une con otro
torrente; subimos por una loma y a nuestra izquierda aparece
el abandonado cortijo de Los Casarones, por encima del
cortijo y aun lado del carril fluye un pilón de refrescantes
aguas. De nuevo pasamos otra angarilla, ésta nada rústica ya
que es naranja y de material plástico; poco a poco nos
adentramos en un denso bosque de encinas, constatamos en las
pendientes la presencia de bancales, de lo que a buen seguro
fueron campos de viñas y cultivos. Dejamos un ramal a la
izquierda; si miramos atrás se adivina todo el camino
recorrido con la iglesia de Atajate como testigo.
Tomamos
un ramal a la derecha, a los pocos metros abrimos la
angarilla y nos encontramos con unas anárquicas
construcciones; los alcornoques compiten con las encinas y
las salvias y el cantueso llenan de fragancias cada rincón
del bosque.
El
camino se consolida con un buen firme, pasamos junto al
cortijo de Melero, los patos, pavos, gallinas y hermosos
cerdos ibéricos pululan a sus anchas ajenos a nuestra
presencia, no así los perros que entonan discordantes y
estridentes ladridos.
Nada más
dejar atrás el cortijo de Melero iniciamos un suave descenso
y tomamos un ramal a la izquierda que viene a parar de nuevo
al carril principal y nos evita unos centenares de metros de
recorrido.
Podemos
hacer un alto junto a un arroyo que cruza el camino y forma
una preciosa cascada, a veces en lontananza podemos admirar
las cresta de Sierra Crestellina, donde anidan los buitres.
Llegamos
al puerto de La Loma de Enmedio, de aquí parten varios
ramales, el de la derecha se dirige al cortijo de La Loma,
otro se encamina a una finca privada y esta cortado por una
cancela; por tanto ascendemos por el carril que nos queda,
dejando atrás unos charcos redondos llamados Perezosos, que
tienen agua todo el año, excepto los meses estivales y
sirven para el retozar de los cochinos.
Subimos
decididamente y pasamos otra angarilla, arriba ya vemos el
trazado de la carretera y abajo la línea que marca la
antigua vereda de Atajate a Alpandeire; desde esta altura
oteamos igualmente Atajate y los pueblos que se sitúan en la
línea de montañas que dividen al Valle del Genal del Valle
del Guadiaro, entre otros vemos Benadalid, Benalauría y
Algatocín; al sur destacan el macizo de Sierra Crestellina y
el también protegido paraje de Los Reales de Sierra Bermeja;
más al oeste la cumbre del Jardón, coronado por una caseta
forestal y sus bosques de pinos radiata.
Una
bella estampa de Alpandeire nos da la bienvenida, destaca
entre sus tejados morunos, el edificio de la iglesia que por
sus dimensiones es conocida como La Catedral de la Serranía.
Entramos
por la calle Pósito y concluimos este bonito recorrido.
Podemos visitar a las afueras del pueblo unos jardines donde
se encuentra una escultura de Fray Leopoldo de Alpandeire,
todo un personaje, al que se le tiene mucha devoción, no
solo en nuestra comarca, sino en toda Andalucía: Tomando la
carretera dirección a Ronda, se sitúan las ruinas del
cortijo donde vivió este santo hombre; otro sitio de interes
es El Pozancón, pregunta en el pueblo y veras.
PLANO DE
LA RUTA:
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